"Nadie por ser joven vacile en filosofar ni por hallarse viejo de filosofar se fatigue. Pues nadie está demasiado adelantado ni retardado para lo que concierne a la salud de su alma. El que dice que aún no le llegó la hora de filosofar o que ya le ha pasado es como quien dice que no se le presenta o que ya no hay tiempo para la felicidad. De modo que deben filosofar tanto el joven como el viejo: el uno para que, envejeciendo, se rejuvenezca en bienes por el recuerdo agradecido de los pasados, el otro para ser a un tiempo joven y maduro por su serenidad ante el futuro. Así pues, hay que meditar lo que produce la felicidad, ya que cuando está presente lo tenemos todo y, cuando falta, todo lo hacemos por poseerla."


Epicuro: Carta a Meneceo

jueves, 20 de octubre de 2011

Vaciando un cartucho


Hoy, aún efebo,
pienso en un entonces mientras bebo
tragos que rezagan, atragantan y aguantan altibajos,
más bajos que altos... 
  

Como lo poco de cera que queda a una vela candente,
como un anciano en su lecho de muerte poco decente,
uno se da cuenta que el valor y el sentido,
se aprecian y se encuentran al final del camino.

Durante las madrugadas,
la calle se exilia de todos los dementes: Todo quieto.
Generalmente a esas horas,
me acurruco en el vientre de un cubo de concreto.

Una fiebre rara me causa astenia.
Ando tras señales no parlantes.
Me apeno, pues hay señales que he ignorado.
Muchas veces, he preferido quedarme recostado.

Y en cuanto levanto mi cuerpo, bajo la vista.
Se arma un plebiscito en la cabeza, de pensamientos un alud.
Imposible saber si la decisión acertada exista.
Luego recuerdo la inexistencia del error, aludo al Maktub.

Evito las pretensiones de posesiones,
al fin y al cabo, nada es de nadie, y todo es de todos.
Trato de ignorar qué en los bolsillos escondes;
siempre predomina lo que que ofreces, aunque sean guiños.

Como un curioso pez del Atlántico,
ando en busca de lo pacífico.
Me alejo del cardumen, pues me parece cínico.
Moriré de hambre, o moriré de viejo.
Se nace por accidente, no se muere por lo mismo.
Que escalofría ironía sería; no me quejo.

Siento la última bala, caer incauta;
su sonido atenuante, marcará la ultima pauta.
Sin embargo, cartucho vacío no alude a un final;
presupone tan solo... un alivio temporal.

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