Lo difícil que es empezar,
se compensa con la recompensa que obtenemos al final,
una vez que recuerdas cada paso que diste
cada lagrima que perdiste,
cada sueño que tuviste.
Empezar el día,
o continuar luego de la salida.
Todo comienzo es el mismo:
empieza con un paso, y le siguen puntos suspensivos.
Rutas infinitas: miles de entradas, cientos de salidas,
docenas de distracciones y siempre menos de un par de amigos.